De Rutas y Fondeaderos en la Provincia Marítima de Cartagena

Se acaban de publicar las Actas del IX Congreso virtual sobre Historia de las Vías de Comunicación (15 al 30 de septiembre de 2021), organizado por las Asociaciones Orden de la Caminería y Amigos del Archivo Histórico Diocesano de Jaén. En este trabajo, titulado: De Rutas y Fondeaderos en la Provincia Marítima de Cartagena 1883-1915, Manuela y yo analizamos las rutas, puertos, muelles y fondeaderos de la Provincia Marítima de Cartagena a principios del siglo XX, que por aquella época incluía al Distrito Marítimo de Garrucha en las costas murcianas, utilizando como hilo conductor el Anuario Marítimo, Comercial, Industrial y de Navegación publicado en 1915, con noticias de personas, sociedades e industrias que nos acerquen a la historia marítima de nuestras costas en el periodo de la industrialización y el auge de la minería de finales del XIX y principios del XX.

Enlace al artículo De Rutas y Fondeaderos en la Provincia Marítima de Cartagena 1883-1915

Se publica nuestro nuevo artículo sobre patrimonio industrial de Abarán

Se acaban de publicar las Actas V Jornadas sobre investigación y divulgación sobre Abarán y el Valle de Ricote, organizadas por Asociación La Carrahila de Abarán. En esta ocasión Manuela Caballero, Laura Santos y yo mismo escribimos una comunicación titulada: Aportaciones al patrimonio industrial y social de Abarán a través de sus patentes históricas, que trata de incorporar otro punto de vista a los estudios sobre el patrimonio de Abarán. Pretendemos aunar aspectos sociales, biográficos, de desarrollo industrial y tecnológico así como económicos, teniendo como hilo conductor el análisis de las patentes históricas de Abarán, que son las registradas entre 1878 y 1966. Hemos recopilado material de archivos, prensa histórica, comunicaciones familiares y demás fuentes necesarias para conocer mejor las actividades, motivaciones y circunstancias de estos emprendedores dentro de la sociedad de la localidad. Creemos que investigar y divulgar este importante legado ayudará a recuperar y conservar el rico patrimonio industrial, social y tecnológico de la Región de Murcia, para que se conozca y valore con todo el potencial que puede ofrecer para la historiografía, el desarrollo museístico y su aplicación en la educación.

Del telégrafo a la industria y la inventiva en Mula: Constantino Herrera del Toro

Pascual Santos López y Manuela Caballero González

De familia bien posicionada en Mula, Constantino Herrera del Toro estudiaba el bachillerato en el Instituto de Segunda Enseñanza Alfonso X El Sabio de Murcia, al igual que hiciera su padre y su hermano Aquilino. Su promoción sería la del curso 1918-1919, justo en las mismas fechas que su padre, el farmacéutico Julián Herrera Romero, ponía en marcha la fábrica de conservas de La Industrial Muleña, S.A., junto a Francisco López Lamarca. Sociedad que se fundaba el 29 de diciembre de 1918 y comenzaba sus actividades el 1 de enero de 1919, siendo Julián Herrera su primer gerente.

Pronto los dos hermanos se verían atraídos por las nuevas tecnologías del momento y estudiaban las oposiciones al cuerpo de telégrafos en Madrid. Aquilino aprobaba en julio de 1920 y su hermano en años sucesivos, ya que en 1924 encontramos a los dos como oficiales de telégrafos y en 1926 Constantino estaba destinado en Madrid. La carrera de Constantino es fulgurante, pues dos años después es nombrado director de la sucursal del Banco Español de Crédito en Mula, la que se inauguraba el 16 de septiembre de 1928. Por otra parte, entre 1918 y 1920 data Juan González Castaño los inicios de la fábrica de conservas de María Miñano “El Niño Jesús de Belén”, más conocida como “La Ceña”, cuya razón social era Viuda de J. García Zapata. Empresa que presentaba suspensión de pagos el 17 de marzo de 1928 y que al final compraría Constantino Herrera.

La máquina de rastrillar esparto

En 1932 se casaba en Jumilla con Carmen Mora el “laborioso joven”, como lo distingue la prensa del momento. Su instinto emprendedor y el auge de la fibra nacional le llevaría a iniciar negocios en la industria del esparto en la ciudad de su esposa y el 17 de enero de 1952 registraba la marca MARUJA para distinguir capachos y capachetas fabricadas con esparto y justo al mes siguiente, el 9 de febrero de 1952, patentaba siete modelos industriales de agujas diferentes para la fabricación de capachos y capachetas, construidas en alambre de acero o hierro acerado con diferentes diámetros y largos, dependiendo de los tamaños que se le quisieran dar a los capachos.

Sin parar de innovar en su fábrica de capachos de Jumilla, el 26 de febrero de 1953 inventa y patenta por veinte años una máquina rastrilladora de esparto en coautoría con Antonio Murcia Nicolás. Industrial mecánico, director de Talleres Rivera. Empresa situada en la Carretera de Granada, 12 de Murcia. Especialista en construcción de maquinaria para conserva y que probablemente le fabricaría maquinaria para “Conservas La Ceña” y le llevaría el mantenimiento mecánico. Constantino Herrera, hombre hábil sabía con quien se asociaba, pues Antonio Murcia tenía en su haber mucha experiencia y seis patentes de maquinaria. Además, sería el primer director de la Federación Regional de Empresarios del Metal de Murcia (FREMM).

La rastrilladora venía a sustituir uno de los procedimientos más pesados, insalubres y peligrosos del trabajo industrial del esparto. Después de picarlo bajo mazos de madera para abrir la fibra se rastrillaba el esparto clavando los manojos a mano en unos pupitres inclinados llenos de púas y estirando para peinar la fibra, haciéndola más fina para permitir el hilado posterior. La máquina tenía dos peines paralelos de púas que batían los haces de esparto en un movimiento alternativo de subida y bajada evitando el trabajo manual del rastrillado.

Las fábricas de conservas de Mula y Sevilla

En agosto de 1955 existían en Mula dos fábricas de conservas: “La Ceña” de Constantino y “La Industrial Muleña” de su hermano Aquilino. Justo el mismo año que le concedían a Constantino la admisión temporal de hojalata en blanco para transformarla en envases de conservas vegetales con destino a la exportación. Las operaciones de corte, troquelado, estañado, envasado y cerrado de envases debían hacerse en la misma fábrica de conservas de la carretera de Pliego en Mula y se le concedía un plazo de entre dos y tres años para su exportación.

Pero el activo Constantino Herrera ya tenía un socio con el que montaría otra fábrica en Sevilla, José Sandoval Bernal, Importante industrial y alcalde de Molina de Segura en 1950. En 1958 legalizaban su fábrica de conservas vegetales, recientemente montada en la calle General Primo de Rivera, número 46 de Brenes, provincia de Sevilla. El capital social 3.000.000 pesetas y el valor de la maquinaria e instalaciones industriales 500.000 pesetas. Y no paraban de innovar, justo al año siguiente, en 1959 ampliaban su industria con nueva maquinaria por valor de 100.000 pesetas, para producir 100.000 kilogramos de pimiento morrón envasado y otros 200.000 kilogramos de guisantes al natural envasados.

Por otra parte, Juan Gutiérrez García nos dice que en 1965 los hermanos Navarro compraban la fábrica de conservas “La Ceña”, propiedad de Constantino Herrera, para convertirla en Conservas y Frutas S. A. (Cofrusa). Por tanto, los esfuerzos de Constantino se centrarían a partir de entonces en su fábrica de Sevilla y justo al año siguiente registraba la marca MERCURY y el diseño de su etiqueta con destino a la exportación, pues la leyenda decía en inglés: Mercury Brand. Packed by Constantino Herrera del Toro.

Figura 1.- Máquina de rastrillar de 1953. Archivo Histórico de la Oficina Española de Patentes y Marcas (AHOEPM)

Figura 2.- Registro de la rastrilladora en 1953. AHOEPM

Figura 3.- Registro de la marca MARUJA en 1952. AHOEPM

Figura 4.- Registro de la marca Mercury y etiqueta para conservas en 1966. AHOEPM

Este artículo fue publicado por Pascual Santos y Manuela Caballero en el periódico El Noroeste, 2-9-2021, p. 32.

El ingeniero Luis Tornero Templado: una vida entre Murcia y Almería

Manuela Caballero González

Luis Constantino Tornero Templado, tal como consta en su inscripción del Registro Civil, nació en Abarán el 1 de septiembre de 1889. En su juventud participó en la incipiente actividad periodística que tuvo lugar en Abarán a principios del siglo XX, encontrándolo en 1908 como director de Gente Alegre, semanario festivo-literario que recogía noticias locales además de temas culturales y donde los jóvenes mostraban sus inquietudes literarias, siendo la publicación abaranera más antigua de estas características que se conserva.

Cursó estudios de Ingeniero Industrial, especialidad Electricidad, y en 1911 ya ejercía como tal. Prueba de ello es que ese año realizó un proyecto para dotar de luz eléctrica a TorrePacheco, el cual fue aprobado, aunque finalmente no lo llevó a cabo. Al año siguiente, junto con Juan Beltrán Aliaga y el presbítero José Sánchez Yúdice, constituye la sociedad mercantil en comandita Tornero Beltrán, empezando su actividad en enero de 1913. Su objetivo era explotar una línea conductora de fluido eléctrico que partiendo de una caseta que “La Eléctrica de Segura” poseía en las cercanías de Espinardo, pasara por los pueblos que estimasen convenientes, tales como Cabezo de Torres, Monteagudo, Esparragal o Alquerías, entre otros. También se proponían vender fluido eléctrico para alumbrado y fuerza motriz, así como la explotación de un alumbramiento de aguas en Tentegorra. La sociedad duró 3 años, disolviéndose en 1915. También realizó trabajos en Abarán, participando en una obra emblemática para la localidad: el proyecto de instalación del motor Resurrección en 1917. Se casó con Carmen Sánchez en 1914.

Actividad inventiva en Murcia

Las inquietudes de este ingeniero abaranero fueron de lo más variado, interés por la prensa, instalaciones eléctricas, industrias, no siendo menos importante su actividad inventiva que empezó a desarrollar desde muy joven, ya que el primer registro en la Oficina de Patentes y Marcas está fechado en 1915.

En diciembre de ese año se le concede patente de invención por un “Porta-lámparas Tornero” destinado al alumbrado público. Al año siguiente obtiene otra por un molino que denominará Rapidus destinado a moler especias y especialmente el pimentón, pudendo ser aplicado a toda clase de cereales, así como a algunos minerales. Y no serían los únicos, aunque los patentaría en su nuevo destino.

Su impronta en la provincia de Almería.

No sabemos exactamente la fecha en que se estableció en esta provincia andaluza, pero hay constancia que en 1924 estaba en negociaciones con el Ayuntamiento de Roquetas de Mar para llevar a cabo una instalación eléctrica que diera servicio de alumbrado a esa localidad y todo parece apuntar que, aunque también viviera en la capital de la provincia, en Roquetas tuvo un gran arraigo, de hecho, una de sus calles lleva su nombre. Según información aportada por Ignacio Jiménez, trabajó la Sociedad Fuerzas Motrices del valle de Lecrín, propietaria de una fábrica de luz en Roquetas y encargada de poner 100 bombillas en la ciudad en 1929. Pero como decimos ya llevaría allí algunos años, ya que lo encontramos establecido como terrateniente y empresario en dos sectores importantes de la zona en 1927: la uva y el corcho, negocios muy relacionados entre sí. Y fue precisamente en Roquetas donde adquirió tierras y se dedicó al comercio e industria, por un cuestionario municipal de 1932 sabemos que está censado allí como cosechero de uvas de embarque y que en 1935 instaló un molino harinero movido por electricidad en su cortijo de Los Parrales, Villa Tornero.

En Almería fundó una industria dedicada a la fabricación de virutas y lanas de madera en 1943. Estuvo muy comprometido con el deporte, la política y tradiciones de Almería ciudad, tal como atestiguan diversas publicaciones, demostrando que Luis Tornero no pasó inadvertido, siendo recordado especialmente como benefactor de la Semana Santa. Y es que en 1930 era tesorero de la Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la Amargura, año en que donaría la imagen de la Virgen cuando, según consta en el blog http://fsalaspineda.blogspot.com/2008/09 , los benefactores de la Semana Santa eran escasos. Pero hay más, ya que esta imagen ardió al ser incendiada la Iglesia de Santa Clara de Asís en agosto de 1936. Luis Tornero hizo posible que la hermandad recuperara su Virgen de la Amargura tras donar una nueva imagen en 1943. Dicha cofradía deja constancia de “nuestro homenaje a los Nazarenos de Cola, como Luis Tornero, que fueron, son y serán siempre historia viva de nuestra Semana Santa”.

Actividad inventiva en Almería

En las siguientes patentes que registra ya figura como domiciliado en Almería y su temática está relacionada con sus nuevos negocios. La primera data de 1927 y consiste en “Un procedimiento para el saneamiento y desinfección del serrín de corcho y el molido”. En 1933 obtendría patente de invención para su “Perfeccionamientos en la fabricación de molinos de piedra”. En 1946 solicitaría otras dos más.

La siguiente patente que registra es para su “Refrigerador” con fecha de agosto de 1954, como vemos mantuvo su actividad inventiva a lo largo de toda su vida, siendo la última en su haber la concedida en 1956 para “Una máquina para el tratamiento de plantas textiles para usos industriales”, siendo este invento el que lo traería de vuelta a su localidad natal.

Hemos comprobado que Almería fue sin duda su segunda patria, allí arraigó entre su sociedad y profesionalmente, pero nunca abandonó sus raíces, participando activamente con familiares cercanos. Luis Tornero era primo del empresario José Mª Tornero Escribano. padre de los hermanos Tornero Yelo, quienes han aportado sus recuerdos para completar este escrito. Por ellos sabemos que “el tío Luis” como ellos lo recuerdan, vivió su última etapa activa en Abarán, residiendo con ellos unos años.

Lo encontramos así en 1956 probando la última máquina que hemos reseñado en la fábrica de José Mª Tornero Escribano. De forma significativa, este invento certifica el hombre activo y trabajador que fue hasta el final, ya que la patentó en febrero de 1956 y fue puesta en práctica de forma inmediata, convirtiéndose en su último trabajo ya que su salud fue deteriorándose rápidamente, por lo que su hija Carmen que residía en Madrid se lo llevó allí, muriendo en mayo de 1957. La trayectoria y múltiples facetas que desarrolló durante su periplo vital este ingeniero, empresario e inventor merecería ser tratada con más detenimiento, pero al menos con este escrito, en cierta manera, la figura de Luis Tornero Templado ha vuelto para las fiestas de su pueblo.

Imagen 1.- Portada del semanario. Archivos Región de Murcia.

Imagen 2.- Luis Tornero Templado (primero por la izquierda), en su cortijo de Los Parrales. Colección de Paco Estrella, cortesía de Ignacio Jiménez.

Imagen 3.- Plano del molino inventado por Luis Tornero. Archivo de la Oficina Española de Patentes y Marcas.

Artículo publicado por Manuela Caballero González en la revista Feria y Fiestas de Abarán, 2021, s/p.

Industrias, Marcas y Patentes de la Familia Carrasco Bermejo

Pascual Santos López

El cabeza de familia, José Carrasco Tornero, debía ser hombre emprendedor, pues lo encontramos en 1904 solicitando dieciséis pertenencias para la mina de hierro “San José” dentro del término de Abarán y en 1924 le conceden el aprovechamiento de 20.000 litros de agua por segundo, derivados del río Segura en el paraje de “La Hoya”, situado en los términos de Abarán y Cieza, destinados a la producción de energía eléctrica para alumbrado y usos industriales. Aunque la actividad principal de José Carrasco fue la exportación de frutas y agrios, junto a la manufactura de cáñamos y espartos con la marca W inscrita en un círculo. Ya para 1949 su hijo Melquiades Carrasco Bermejo se encontraba en el Mercado Central de Madrid con puesto propio, según reza el membrete de su factura, llegando a tener asentador en el Covent Garden de Londres, como aseguran fuentes cercanas a la familia.

De José Carrasco Tornero hemos encontrado tres marcas en el Archivo Histórico de la Oficina Española de Patentes y Marcas (AHOEPM), para distinguir todo tipo de frutas frescas: MARICAR y MELQUIADES solicitadas en 1945 y JUVENIL el 2 de julio de 1952 para frutas y especialmente naranjas. José se casó con María Bermejo Sánchez, que registraba el 25 de junio de 1960 el nombre comercial VIUDA DE JOSE CARRASCO TORNERO, para su negocio de exportación de frutas y ácidos de todas clases, fabricación y exportación de conservas vegetales y jugos cítricos. La familia Carrasco Bermejo era conocida en Abarán como “Los Malillos” y su nieta, Cristina Carrasco Segura nos cuenta que eran cinco hermanos y tres hermanas. El mayor José y el menor su padre Alejandro.

El 30 de junio de 1949 Melquiades Carrasco Bermejo patenta en Madrid un modelo de utilidad por 20 años titulado “Cesta ligera para el transporte de frutas y similares”. Diseñada con diferentes formas y fabricada en fibra de castaño que aligeraba su peso a la mitad de los envases del momento. Los hermanos Carrasco no paran de innovar y mejorar su negocio y el 28 de noviembre de 1951 José Carrasco Bermejo registra otro modelo de envase perfeccionado y reforzado, para proteger la fruta en los transportes. Se titularía “Envase perfeccionado” y lo patenta en Abarán, teniendo como domicilio Ruiz de Alda, 30. Además, registra ese mismo año el nombre comercial JOSE CARRASCO para su negocio de exportación de frutas frescas.

Para diversificar sus negocios y aumentar sus producciones los hermanos Carrasco deciden aventurarse en la fabricación de conservas y forman la sociedad JOSÉ CARRASCO HERMANOS, S.L. en 1954, que se dedicaría a las conservas, frutas, hilos y cuerdas de esparto. Para ello registraban también el nombre comercial de su empresa el 24 de mayo de ese mismo año. En 1956 ya cotizaban en Abarán por una fábrica de conservas con azúcar con depósito de 500 litros. Junto a otros conserveros, el 12 de marzo de 1958, el Estado les concede la importación de hojalata en blanco, sin obrar, procedente de Alemania e Inglaterra con el compromiso de la exportación de conservas vegetales a estos países o para abrir nuevos mercados extranjeros. En su fábrica de la calle Federico Servet de Abarán debían someter esa hojalata a un proceso de industrialización: cortado, estañado, fondeado, llenado y cerrado de los botes para su exportación. Por lo que en diciembre de ese mismo año amplían su fábrica con un tren automático de fabricación de envases de hojalata y otra maquinaria, con un coste de 424.000 pesetas y un capital total de 1.724.000 pesetas.

El 15 de mayo de 1959 se inauguraba la nueva fábrica de los hermanos Carrasco. A la una de la tarde en las nuevas instalaciones fray Justo Pérez de Urbel, abad mitrado de la basílica del Valle de los Caídos, bendijo la fábrica y pronunció elogiosas palabras de felicitación para los empresarios y para “todos los que trabajan la huerta murciana”. Al acto asistieron numerosas autoridades y amigos de los hermanos Carrasco. Entre ellos el gobernador civil, el delegado regional de comercio, el presidente de la Cámara de Comercio, Adrián Viudes Guirao, el director general de la Feria de la Conserva, señor López Guzmán y otras autoridades locales, industriales y compañeros de los señores Carrasco. Fray Justo había llegado el jueves por la noche y se alojó en la casa de los hermanos Carrasco, oficiando también una misa en la parroquia de la fábrica.

La nueva fábrica constaba de tres grandes plantas: la primera dedicada a la manipulación de ácidos y elaboración de conservas, según las campañas. Muy bien ventilada y luminosa. La segunda, que se encontraba debajo de la anterior aprovechando el desnivel del terreno, se dedicaba a la manipulación de fruta en fresco para su exportación, sobre todo albaricoque y uva. La última planta se utilizaba como almacén de conserva de pulpa y otras mercancías que requerían cuidados especiales y frescas temperaturas, donde la empresa proyectaba instalar cámaras frigoríficas para la conservación prolongada de fruta en fresco. La superficie total de la fábrica era de diez mil metros cuadrados y donde los hermanos Carrasco esperaban producir al máximo rendimiento la mayoría de las variedades de conservas vegetales, incluyendo jugos y concentrados para el mercado nacional y la exportación. Para terminar, decir que los hermanos Carrasco Bermejo no pararon de innovar en sus industrias y productos. Melquiades registraba más de veinticinco nuevas marcas entre los años 1951 y 1989, algunas de las cuales son: ARABELA para frutas frescas, DISGRA, Distribuciones Gráficas Generales en Bilbao y LA PERLA DEL SEGURA, para frutas y conservas. Alejandro otras cinco entre 1971 y 1975 y a José le dieron la medalla de plata al mérito de la Cámara de Comercio de Murcia en 1980, junto a otros dos empresarios, por donar gratuitamente los terrenos para el Centro de Inspección de Exportaciones de Blanca-Abarán, que él agradeció, resaltando la labor de todos los exportadores de la zona.

Figura 1.- Membrete de factura de José Carrasco, 1949. Archivo Santos-Caballero

Figura 2.- Marca JUVENIL, 1952. AHOEPM

Figura 3.- Diseños de la patente de Melquiades, 1949. AHOEPM

Figura 4.- Diseños de la patente de José, 1951. AHOEPM

Figura 5.- Etiqueta de los Hermanos Carrasco. Fuente: https://lanaranjadepapel.blogspot.com

Publicado por Pascual Santos López en la revista de la Feria y Fiestas de Abarán, 2021.

Entre la industria del envasado y la pasión por la música: Félix Santos Moreno

Pascual Santos López

Anuncios de refrescos y gaseosas en las revistas ciezanas de Feria y Semana Santa nos acercan a las industrias locales de envasado de bebidas de mediados del siglo XX y nos sorprende que en 1959 hubiera en Cieza cinco fábricas de gaseosas trabajando para refrescar los tórridos veranos de nuestra tierra. En esta ocasión gracias a la buena memoria de su hija, María del Carmen Santos Marín, y el archivo familiar intentaremos reconstruir parte de la historia del industrial Félix Santos Moreno.

Sus padres, Félix y Carmen, tuvieron tres hijos, él, nacido el 9 de julio de 1916, fue el primogénito, junto a sus hermanos Felipe y Antonia, que falleció siendo una niña. A Félix siempre le gustó la música y antes de la guerra formó parte de la banda de Exploradores de Cieza, que se ocupaban de amenizar cualquiera de los actos, desfiles y campamentos en los que solían participar. Tras su intervención en la guerra civil, tenía por entonces veinte años, tuvo que acabar el servicio militar en San Javier. Allí formó parte de la banda musical del Ejército de Aviación, tocando el saxofón, y teniendo la suerte de estar en contacto con músicos de la talla de Ángel Pacheco Sornichero, de Alcantarilla, que por entonces era cabo, tocaba el oboe y había ganado por oposición una plaza de músico en la Escuela Premilitar de Pilotos.

Después de cumplir el servicio militar, durante la década de los cuarenta se dedicó al trabajo familiar, que era transportar mercancías a la estación y personas que viajaban en tren, mediante tartanas y galeras. Recordemos que a finales de los cuarenta la industria del esparto estaba en pleno auge. Su inquietud por la música le llevaría a formar parte de la Banda Municipal de Música de Cieza, siendo director Luis Gómez Templado. En 1945 contrajo matrimonio con Pilar Marín Marín, teniendo dos hijos, María del Carmen y Félix, que falleció a los nueve años.

En los años cincuenta decaía el transporte de mercancías ferroviario mientras aumentaba el transporte de viajeros por carretera. Lo que decidió a Félix a iniciar un nuevo negocio, que sería instalar una fábrica de sifones en una habitación de su casa particular, repartiéndolos en su galera. El técnico electricista ciezano Sebastián Marín fue quien instaló la fábrica y llenó el primer sifón. Desde 1951 encontramos a Félix Santos manteniendo una fábrica de sifones y gaseosas con una producción de envasado de 100 botellas por hora en su domicilio de Primo de Rivera, 16, la actual calle Mesones.

Los sifones de la época tenían diferentes envases: azules estriados, blancos estriados, verdes y transparentes, todos con cabeza de plomo, que por normativa de sanidad tuvieron que ser revestidas interiormente por plástico a mediados de los cincuenta y por último, en los años setenta totalmente de plástico. En los sifones lisos transparentes, imprimió su marca: FELIX SANTOS, junto al dibujo de la galera y su caballo Careto. Además todas las cabezas tenían el sello con su marca.

A mediados de los cincuenta amplió el negocio con la fabricación de gaseosas, con la marca HOGAREÑA. Los envases de gaseosa eran de dos tamaños: un litro con tapón de porcelana y un cuarto de litro con tapón corona. Las pequeñas tenían sabor a naranja o limón, siendo producidas por Félix añadiendo la esencia “Orange”, que adquiría de la casa Dallan de Badalona, cuyo viajante José cobró tal amistad con la familia que se quedaba a dormir en su casa. La sacarina empleada en la gaseosa de litro era de la sociedad Morató y Cía. de Barcelona y la maquinaria de la fábrica de gaseosas era de la empresa Instalaciones y Suministros Industriales González y Maíllo de Valladolid.

Además de su pasión por la música le encantaba el espectáculo, llegando a participar en el teatro de Don Juan Tenorio junto a Félix Gómez, a principios de los cincuenta. Un día, cargando la galera en 1955, le explotó un sifón en la mano cortándole el tendón de la muñeca derecha, debido a que los sifones no estaban protegidos por plástico, por lo que tuvo que dejar de tocar el saxo al quedar la mano inutilizada. A finales de esa misma década formó parte de la Orquesta Ritmo, donde tocaba la batería, realizando los ensayos en su casa. Su hija nos cuenta que fue el primero que sacó los timbales en las cabalgatas de los Reyes Magos.

Debido a su pasión por la música tenía gran amistad con personas de la talla de José Gómez Villa, gran compositor que da nombre al Conservatorio Profesional de Música y que fue nombrado Compositor de la Semana Santa de Cieza en 1995, y Manuel Juan Carrillo Marco, gran escultor e imaginero y también músico, con quien formaría la Agrupación Musical Santa Cecilia, junto a otro amigo, Juan Pérez, que se asoció algunos años después a esa aventura musical. La primera actuación de esta agrupación fue el traslado de María Salome, con el estreno del pasodoble que lleva su nombre y que es obra de Gómez Villa.

Según nos dice su hija, esta banda fue escuela de actuales maestros de música, profesores del conservatorio y algún compositor. Además de ser el origen de muchas de las bandas y charangas fundadas en Cieza. En 1976 la Agrupación Musical Santa Cecilia contaba ya con 27 músicos entre 12 y 18 años, exceptuando a sus fundadores, estudiantes y obreros de diversas profesiones. En ese momento la banda tenía once clarinetes, un requinto, un fagot, dos flautas, cuatro saxofones, cuatro trombones, un bombardino, tres bajos, cuatro trompetas, dos fliscornos, un clarinete bajo e instrumentos de percusión.

Debido a la amistad que tenían, José Gómez Villa compone un pasodoble dedicado a Félix Santos a finales de los cincuenta con el nombre de su gaseosa, con letra de Vicente Almela. Alrededor del año 1958 Félix quita la cuadra y los caballos, comprando uno de los primeros motocarros del pueblo marca ROA, que como recuerda su hija lo solía conducir siempre su madre Pilar. Por esos años de finales de los cincuenta o principios de los sesenta puso un tanque de fabricación de hielo donde estaban situadas las antiguas cuadras.

Además, en enero de 1964 amplía y sustituye maquinaria de su fábrica de sifones y gaseosas para satisfacer la demanda y ajustarse al Reglamento Técnico Sanitario de 1958, pasando de 0,736 kilovatios de potencia a 2,54 kW, con una inversión total de 74.400 pesetas. Sustituye: una saturadora por otra marca “Coromina”, una llenadora de botellas de dos grifos por otra de cuatro y un llenador de sifones por otro de dos cargas. Incorpora en la ampliación: un filtro purificador y descalcificador de agua, un compresor “Gelpha” con motor eléctrico “Electra de Sabadell” de 2 CV, un tanque para el enfriamiento de agua, capaz de producir doce barras de hielo de 12,5 kg cada una y una lavadora de botellas.

Al final, la evolución del mercado de los refrescos y la competencia de las grandes compañías embotelladoras de bebidas hicieron que los pequeños fabricantes abandonaran el envasado de gaseosas y sifones y se convirtieran en distribuidores de diferentes marcas, como le ocurrió a la fábrica de Félix Santos Moreno a principios de la década de los setenta. Aunque seguro que muchos ciezanos recuerdan esas botellas de gaseosas HOGAREÑA, o quizás tengan en su colección alguno de esos sifones tan preciosos con la marca FELIX SANTOS y el dibujo de su galera tirada por su caballo Careto.

Figura 1.- El industrial Félix Santos Moreno. Archivo familiar

Figura 2.- Sifones de Félix Santos. Archivo familiar

Figura 3.- Anuncio de gaseosa HOGAREÑA. Archivo Santos-Caballero

Figura 4.- Factura de Instalaciones y Suministros Industriales González y Maíllo. Archivo Santos-Caballero

Figura 5.- Reparto de la obra Don Juan Tenorio en 1948. Archivo familiar

Publicado por Pascual Santos López en Crónicas de Siyasa, 4-6-2021, pp.12-13.

Entre la industria, el periodismo y la inventiva: José Gómez Velasco

Pascual Santos López

Tarjeta postal de José Gómez Velasco en 1945. Archivo Santos-Caballero

En muchas ocasiones encontramos pequeños documentos, cartas, facturas, fotos o incluso un simple sello de empresa en un papel, que los historiadores aprovechamos para tirar del hilo de Ariadna. En el caso que nos ocupa tuve la suerte de encontrar una tarjeta postal de la industria ciezana de José Gómez Velasco, remitida a Teruel desde Cieza en enero de 1945 y que ya forma parte de nuestra colección “Archivo Santos-Caballero”.

Por las noticias que hemos podido recabar, la familia Gómez Velasco era la arrendataria del Molino de la Huerta, más concretamente encontramos al cabeza de familia, José Gómez Maquilón, manteniendo un molino y una piedra de moler de 70 decímetros cuadrados, movida por fuerza hidráulica en el paraje de la Huerta, que se alimentaba de la Fuente del Ojo.

Según Antonio Ballesteros este molino también era conocido antiguamente como de la Encomienda o del Comendador. Gómez Maquilón mantuvo en explotación el más conocido por los ciezanos “Molinico de la Huerta” durante toda la década de los cuarenta y posteriormente pasaría a manos de su hijo Juan Gómez Velasco desde 1951 hasta 1959, que aparece en los documentos del Ayuntamiento como “Fallido”, probablemente porque la explotación de los acuíferos de la Sierra de Ascoy secaría la Fuente del Ojo. José Gómez Maquilón fallecía el 7 de noviembre de 1971 en la calle Víctor Pradera, 6 (Edificio Mina). Lo que hoy es la calle José Planes. Acompañado de sus hijos: José, Manuel, Jesús, Juan y Antonia Gómez Velasco.

Volviendo a la industria del esparto, encontramos a José Gómez Velasco manteniendo una fábrica de hilados entre 1944 a 1947 con diez ruedas de hilar en la Avenida del Caudillo. En la actualidad Camino de Murcia. En 1948 aparecen las diez ruedas de hilar de la Avenida del Caudillo a nombre de la empresa “Industrias de Esparto”, pero lo más curioso es que José Gómez Velasco aparece de nuevo con tres ruedas de hilar en la Calle Víctor Pradera entre 1951 y 1957. Eso nos hace pensar que puede que las diez ruedas anteriores fueran arrendadas y al pasar a otra empresa José Gómez luego tendría las otras tres en propiedad, aunque eso no lo sabemos con certeza.

Lo que si sabemos con seguridad es que José Gómez solicitaba en 1944 registrar la marca de su industria “W” para distinguir hilados y trenzados de esparto, siendo sus productos manufacturados todo tipo de cordeles, betas, sogas y trenza de dicha fibra. La marca se la concedían el 5 de diciembre de 1944.

Marca de José Gómez Velasco. Archivo Histórico de la Oficina Española de Patentes y Marcas

Además de industrial del esparto, José Gómez Velasco era funcionario del Ayuntamiento de Cieza y estaba casado con Dolores Lucas Zamora, pues en 1950 la prensa se hace eco del nacimiento de sus dos gemelos y en junio de 1953 de un viaje particular a Marsella, puede que para dar salida a los productos de su fábrica.

Otra de las facetas de José Gómez Velasco era el periodismo, pues lo encontramos como corresponsal de La Verdad en Cieza durante la década de los sesenta y los setenta. Muy querido por sus compañeros periodistas, que le apodaban “Salieri” y publicitaban con regocijo las noticias de su familia, como la boda de su hija Antonia de la Cruz Gómez Lucas, en mayo de 1971, con Jesús Balsalobre Alguacil en la iglesia de San Juan Bosco; o el nacimiento de su nieto Miguel Ángel en octubre de 1976, segundo hijo de su hija María Dolores y Antonio Caballero García.

A pesar de la crisis del esparto José Gómez siguió intentando desarrollar y perfeccionar productos de esta fibra tan ciezana, ya que precisamente el 13 de octubre de 1971 solicitaba registrar patente por veinte años por un “Procedimiento industrial para la obtención de fibras de esparto blanqueada y esterilizada para diversos usos”. Patente que le concedían el 13 de julio de 1973, donde explicaba una forma de blanquear el esparto directamente recogido tras su exposición al sol en la tendida, puesto en haces verticales de un solo atado en cámaras herméticas, se le sometía a los gases del azufre, hasta que se sacaba cuando gracias a una mirilla se veía que estaba blanqueado y esterilizado. Al parecer nuestro inquieto industrial, periodista e inventor estaba enfermo y según la noticia de su fallecimiento, se había jubilado del Ayuntamiento dos años antes, debido a la enfermedad que padecía y aunque no ofrecía extrema gravedad un fallo cardiaco le produjo la muerte en la mañana del jueves 10 de enero de 1980. Triste noticia que causó profundo sentimiento ya que era muy querido en el pueblo. Esperemos que esta humilde reseña sirva para recordar la memoria de este ciezano.

Publicado por Pascual Santos López en El Mirador de la Prensa, 14-5-2021, p. 16.

Del esfuerzo del ahorro al desarrollo de la industria: Francisco Guirao Marín

Pascual Santos López

Tiempos difíciles recorrían la España de 1872. Hacía poco que se había producido la Revolución de 1868, pero el pueblo seguía sufriendo hambre y sed de buen gobierno. Muy pronto se produciría la abdicación del rey Amadeo de Saboya y la proclamación de la Primera República Española. Un joven soldado ciezano, Francisco Guirao era destinado con 17 años al Regimiento de Artillería nº 1 de Madrid y justo un año antes de acabar su servicio militar un nuevo golpe de estado proclamaba la Restauración borbónica. En 1875 volvía a su tierra y se empleaba como vigilante de los montes públicos de Cieza, según nos cuenta su bisnieto Javier Martínez Alcázar.

Francisco Guirao Marín nacía en Cieza el 19 de julio de 1855 “a las ocho de la noche”. Hijo de Francisco Guirao Morote y Juana Marín Marín. Nieto de José Guirao, Catalina Morote, Francisco Marín y Elvira Marín. El 20 de agosto de 1880 se casaba con Manuela Ortega Moya y tendrían nueve hijos: Gertrudis, José María, Amparo, Pacífico, Alfredo, Francisco, Pilar, Salvador y Aurelio.

Francisco Guirao era conocido en Cieza como “Morote” y tras dos años de trabajar como guarda de montes es ascendido a jefe del Servicio de Vigilancia de los Montes Públicos, cargo que ejercería a lo largo de diez años haciendo amistad con otro guarda del mismo servicio, Mariano Martínez Montiel, también conocido como “Martinejo”. Los dos amigos eran jóvenes ambiciosos y decidieron que si lograban ahorrar 1.000 pesetas podrían iniciar algún negocio, como así sucedió. En 1885 Francisco y Mariano dejaban su trabajo y montaban cada uno un horno de pan.

La demanda de esparto para la fabricación de lazos aplicado al amarre de cajas de naranjas y para la industria papelera británica inició el auge de esta fibra. Con trabajo, esfuerzo y ahorro Francisco Guirao consigue instalar un almacén de esparto hacia 1890 en una casa adquirida en el Camino de Madrid, mientras mantenía su otro negocio, que en 1894 convertiría en una floreciente abacería en el número 35 de la calle Cánovas del Castillo, con la ayuda de su familia. En enero de 1902 aparecía ya en el número 25 del censo de mayores contribuyentes de Cieza, con una contribución de 430 pesetas, siendo el primero Antonio Marín Oliver con 2.960 pesetas y el último Joaquín Zamorano Rodríguez con 96 pesetas. Según su bisnieto, estar en esa lista no era cuestión baladí, pues la Ley de 8 de febrero de 1877 les permitía elegir, junto a los concejales, a los compromisarios para las elecciones al Senado. El 8 de noviembre de 1903 participaba en la política municipal, presentándose por el partido conservador al Concejo; tomando posesión del cargo en la sesión del 1 de enero de 1904 junto a otros concejales y como alcalde Diego Martínez Pareja. Francisco trabajó en la Comisión de Obras Públicas y Montes, presidida por el alcalde y con su gestión se mejoraron el control de las subastas de esparto en los montes públicos y el camino vecinal entre Cieza y Calasparra.

En esos años Francisco seguiría acrecentando sus negocios de abacería y almacén de espartos y viviendo en la calle Cánovas, ya que lo encontramos entre 1907 y 1918 contribuyendo por la abacería en Cánovas, 35 y en 1917 comienza ya con un torno de hilar esparto también en Cánovas, 35, pero en 1919 se muda a su casa del Paseo Marín Barnuevo, donde contribuye con una fábrica de jarcias y cables de esparto movida a mano, una fábrica de marañas de esparto y un torno. Justo en ese año de 1919 ya no aparece la abacería, puede que sus negocios de esparto le exigieran toda su atención. Además, sus hijos mayores ya le ayudaban: Gertrudis probablemente estaría en la abacería de su padre y José María Guirao Ortega aparece desde 1912 con otra abacería situada en la calle Padre Morote, 1, hoy calle Altozano. Abacería que mantendría hasta 1924. Su otro hijo Pacífico Guirao cotizaba en 1916 por venta de cordeles y sogas de esparto en Cánovas, 35.

En 1924 se producía el gran despegue de las empresas Guirao. Francisco Guirao instalaba una fábrica de conservas en Cieza y otra en Archena y una prensa mecánica para envases de hojalata en Cañada de la Horta para dar servicio a sus fábricas. También solicitaba ese mismo año una marca para distinguir conservas de frutas y vegetales, denominada “La campana” y justo al año siguiente sigue viviendo en el Paseo, pero la fábrica de jarcias, sogas y marañas de esparto y un torno movido a mano las pasa a la calle Cordovín, adquiriendo cuatro tornos más en 1926. En 1925 instalaba diez pares de mazos de picar esparto en Cañada de la Horta, que al año siguiente se convierten en catorce. Entre los años de 1923 y 1926 también cotiza por un pequeño camión para mudanzas de 2 HP domiciliado en el Paseo.

En 1928 Francisco Guirao tenía la mirada puesta en la exportación, por ello solicitaba su otra marca para conservas “Liberty” con la Estatua de la Libertad sobre un triángulo e inscrita en un círculo de sogas de esparto, con su nombre y la denominación de marca registrada en francés, preparada para el mercado internacional. Marca que modificaría al año siguiente por la definitiva y ya conocida “Guirao”, que le concedieron el 24 de mayo de 1929. Durante estos años las empresas Guirao conseguirían afianzarse en calidad y prestigio, llegando a ser una de las primeras firmas ciezanas.

Los acontecimientos revolucionarios en la España de 1934, en pleno segundo bienio de la Segunda República Española, también afectaron a las empresas ciezanas. Numerosas huelgas y atentados se produjeron en esa época. Aunque no se sospechó que fuera intencionado, el 26 de marzo de 1934 se iniciaba un imponente incendio en la fábrica de espartería de Francisco Guirao frente a la estación férrea, ardiendo dos naves con manufacturas de esparto y madera para la fabricación de cajas de conserva. “El pueblo entero acudió a ayudar a la extinción del incendio”, presentándose las autoridades y una sección con 17 bomberos de Murcia, que llegaron a la una de la madrugada y consiguieron extinguir las llamas por la mañana. El edificio y la mercancía estaban asegurados a todo riesgo y se calcularon las pérdidas en unas doscientas cincuenta mil pesetas.

También en plena Revolución de octubre, en la madrugada del 12 de octubre de 1934 explosionó una bomba de gran potencia en la casa del paseo de Francisco Guirao, produciendo desperfectos de consideración y rompiendo los cristales de la casa, con el consiguiente susto a la familia y vecinos. También se pegaron en puntos visibles del pueblo pasquines escritos a máquina incitando a la rebelión, siendo arrancadas por los guardias y haciéndose venir a Cieza una batería del sexto ligero de Artillería de la guarnición de Murcia, para contribuir al sostenimiento del orden.

Como sabemos, en 1936 llegaría la Guerra Civil, aunque Francisco Guirao Marín no la vería, pues moría de un colapso cardiaco el 1 de octubre de 1935 a los 81 años de edad. A su muerte, su esposa e hijos registraron su fallecimiento en el registro de empresarios el 4 de diciembre de 1935 y declararon continuar con las operaciones mercantiles de su padre, manteniendo su nombre comercial y conviniendo que su firma sería llevada indistintamente por sus hijos varones José María, Pacífico, Francisco, Salvador y Aurelio. Al año siguiente y declarando comenzar sus actividades el 1 de abril de 1936, la empresa pasaba a denominarse “Sucesor de Francisco Guirao Marín”, cuando su hijo José María se registraba como empresario individual. En aquel momento la empresa contaba con fábricas de conservas movidas por fuerza mecánica en Cieza y Archena, dos juegos de prensas de envases para la conserva, fábrica de espartos en Cieza con 24 pares de mazos de picar, 16 ruedas de hilar, un torno de retorcido mecánico y venta al por mayor de artículos de esparto. En mayo del mismo año se renovaba también la concesión de admisión temporal de hojalata en blanco sin obrar a nombre de la nueva entidad mercantil. En el censo industrial de Cieza de 1939 la empresa aparece como la primera en capacidad de empleo con 416 trabajadores en plantilla. Al año siguiente la empresa cambiaría su denominación a “Guirao Hermanos y Compañía”, comenzando una nueva etapa en la historia de esta empresa familiar, pero esa será contada en otra ocasión.

Figura 1.- Retrato de Francisco Guirao realizado por su hijo Salvador Guirao. Archivo de Javier Martínez Alcázar

Figura 2.- Anuncio de Francisco Guirao Marín en 1922. Archivo Municipal de Murcia

Figura 3.- Marca La Campana. Archivo Histórico de la Oficina Española de Patentes y Marcas

Figura 4.- Marca Liberty. Archivo Histórico de la Oficina Española de Patentes y Marcas

Figura 5.- Marca Guirao. Archivo Histórico de la Oficina Española de Patentes y Marcas

Artículo publicado por Pascual Santos López en Crónicas de Siyasa, 23-4-2021, pp. 4-5.

Industrias e Innovaciones de los Hermanos Tornero Escribano

Pascual Santos López

José María Tornero Escribano, 1929. Archivo familiar

Los hermanos Tornero Escribano eran cinco: Eulalio, José María, Amelia, Ángel y Jesús. Por el certificado de nacimiento de Eulalio, nacido en Blanca el 6 de marzo de 1903, sabemos que sus padres fueron: Domingo Tornero Gómez y Pilar Escribano Cano. Sus abuelos paternos: Jesús Tornero Gómez e Isabel Gómez Gómez, ambos naturales de Abarán y los maternos: Francisco Escribano Núñez y María de los Ángeles Cano Molina, naturales de Blanca. Cuando nació su segundo hijo, José María, el 22 de septiembre de 1907, la familia ya estaba en Abarán.

Las medidas proteccionistas de los años cuarenta incentivaron la apertura y ampliación de numerosas fábricas de manufacturas de esparto. Según nos cuenta Domingo, hijo de José María, su padre y su tío Eulalio ya se dedicaban al picado del esparto antes de la guerra. Comenzaron en una nave que tenía su padre y que partieron para instalar cada uno su fábrica. Eulalio aparecía como patrono de picadoras de esparto en una noticia fechada el 1 de junio de 1932 y José María compraba esparto en Hellín antes de la guerra. Ángel, más conocido en Abarán por Carmelo, también dirigiría su propia fábrica de esparto. De hecho, el apodo que tenían los hermanos era José María y Carmelo “de los mazos”.

Fachadas de las fábricas de José María (izquierda) y Eulalio Tornero. Archivo familiar

En el periódico Línea del 23 de septiembre de 1941 los hermanos Tornero anunciaban sus fábricas de esparto. José María “Esparto majado para lías de todas clases de hilados (Puente)” y Eulalio sólo se anunciaba como fábrica de majar esparto, pero al año siguiente ya explicaba que producía “esparto majado para yuteras, usos agrícolas y toda clase de hilados”, añadiendo el nombre de su empresa: Nuestra Señora del Pilar. Para la Feria y Fiestas de 1945 José María añadía al anuncio de su fábrica de majar esparto, los hilados y trenzados de esta fibra y la dirección D. Gómez, 19. El 18 de noviembre de 1946 Eulalio registraba, en la Oficina Española de Patentes y Marcas de Madrid, su marca de fábrica. Una “E” mayúscula en color rojo para distinguir sus manufacturas y picado de esparto.

Anuncio de la fábrica de Eulalio Tornero, 1945. Archivo Municipal de Murcia

Justo después de la guerra José María sería alcalde de Abarán. Su mandato se inicia el 28 de marzo de 1939, con una situación muy difícil de falta de abastecimiento y otros problemas humanos derivados de la contienda civil. Seguramente las necesidades de consumo de la villa le darían la idea de nuevos negocios, ya que a finales de la década de los cuarenta los emprendedores hermanos Tornero deciden instalar una fábrica de hielo y una cámara frigorífica cerca del mercado para dar servicio a los comerciantes de Abarán. En mayo de 1950 existe petición en la Delegación de Industria de Murcia por Eulalio Tornero para instalar dicha factoría de hielo en Abarán con una producción aproximada de 2.000 kilogramos en 24 horas y justo al mes siguiente otra petición del mismo para instalar la línea eléctrica de 32 metros de longitud a 4.500 voltios y un centro de transformación de 10 KVA que daría servicio a la industria citada.

Carta comercial de José María Tornero dirigida a Antonio Romero García de Teruel en 1948. Archivo Santos-Caballero

Eulalio murió joven y la fábrica de hielo quedaría a cargo de su hermano y socio José María. Su hijo Domingo nos cuenta cómo ayudaba a su padre y cómo abastecían asiduamente al ferrocarril las barras de hielo, que metían entre paja de arroz para que sirviera de aislante. También fabricaban polos y Domingo y sus hermanos ayudaban en el envasado, aunque su padre decía que no le salía rentable, pues comían más que producían. Además, servían a domicilio y sobre todo a los bares para refrigerar los serpentines de cerveza, que dicho de muchos mayores le daba la temperatura perfecta a la bebida. Yo recuerdo de niño que me gustaba ver cómo los repartidores manipulaban y partían las barras de hielo que llevaban envueltas entre sacos de yute y vendían para las neveras que teníamos en casa.  En junio de 1953 encontramos otra petición de nueva industria en Abarán a nombre de los dos hermanos: José María y Eulalio, para instalar la cámara frigorífica que hemos comentado, cuyo objeto sería la conservación de alimentos en general, con una entrada diaria de 300 a 400 kilogramos y una capacidad de almacenamiento de 3.000 a 4.000 kilogramos de producto. El capital total invertido sería de 55.000 pesetas.

Máquina patentada por el ingeniero abaranero Luis Tornero Templado en 1956. Archivo Histórico de la Oficina Española de Patentes y Marcas

Las peligrosas e insalubres condiciones de trabajo exigidas por las bandas de mazos de picar esparto y posibles mejoras en la producción y eficiencia obligaron a los empresarios a realizar innovaciones tecnológicas en la maquinaria de majar esparto. A mediados de los años cincuenta comenzarían a imponerse las máquinas de rodillos. De hecho, el Estado en 1959 prohibía totalmente el trabajo de picar esparto con mazos. Por supuesto, los hermanos Tornero estaban bien atentos a esas innovaciones, por eso su primo, Luis Tornero Templado, ingeniero industrial afincado en Almería y prolijo inventor, visitaba mucho a José María y diseñó una máquina de rodillos de majar esparto que probaron y desarrollaron en la factoría de José María. En 1956 Luis Tornero registra su nueva patente con el título: “Una máquina para el tratamiento de plantas textiles para usos industriales”. Pero el empresario no estaba contento con su rendimiento y se decidió por adquirir una majadora de rodillos verticales que fabricaba el constructor de maquinaria lorquino Juan Mouliaa Parra.

Anuncio de la fábrica de Ángel Tornero. Archivo Municipal de Murcia

Como hemos dicho, Ángel (Carmelo) Tornero Escribano regentaría su propia fábrica de hilados y trenzados de esparto, llegando también a ser como su hermano alcalde de Abarán en 1951. Ángel se casó con Gloria Gómez Pascual, hija del también industrial del esparto y de frutas Clemente Gómez Ortiz y formó una Sociedad Regular Colectiva con su suegro y su cuñada María. La sociedad recibió el nombre de: “Ángel Tornero Escribano y Compañía, SRC, Sucesores de Clemente Gómez Ortiz” y comenzó sus operaciones el 11 de octubre de 1955. El capital social era de 300.000 pesetas y el domicilio estaba en la calle Capitán Cortés, 6 de Abarán, siendo el objeto de la sociedad la compraventa de espartos, machacado e industrialización de dicha fibra y otras, inclusive la importación de cualquier fibra exótica. Además, la compraventa, exportación e industrialización de frutos frescos y secos del país, incluyendo otras operaciones auxiliares como el transporte y la confección de envases.

Máquina patentada por el industrial Ángel Tornero en 1961. Archivo Histórico de la Oficina Española de Patentes y Marcas

En 1961 Ángel Tornero patentaría una máquina de majar esparto mediante rodillos, similar a la de su primo Luis. La patente se titulaba: “Nueva máquina para el tratamiento de plantas textiles que se destinan a usos industriales”. Tenía husillos de apriete para los muelles tensores y cojinetes con guías que permitían bascular a los rodillos cuando pasaba el esparto entre ellos. El objeto de esta máquina, como otras similares, era eliminar la parte leñosa de la planta sin dañar su fibra útil, como bien explicaba su inventor en la memoria de la patente. No sabemos qué rendimiento tuvo esta máquina pero seguro que haría su papel en el trabajo del industrial.

La década de los sesenta sería ya el final de muchos negocios de esparto, aunque sabemos que en el 73 Ángel todavía seguía trabajando por el periódico Línea del 26 de mayo de 1973, que anunciaba el incendio en la fábrica de espartos de Cieza, propiedad de Ángel Tornero, situada en el paraje de Bolvax. Según nos cuenta su sobrino Domingo allí tenía una balsa de macerar esparto y algunos almacenes. No dice nada la noticia sobre los daños materiales que tuvieron lugar. Hombres inteligentes y esforzados empresarios los hermanos Tornero Escribano contribuyeron con sus industrias, junto a otros muchos, al desarrollo comercial e industrial de Abarán.

Artículo publicado por Pascual Santos López en la revista de Feria y Fiestas de Abarán, 2019.

Entrevista a Manuela Caballero sobre la nueva revista Andelma

Portada de la nueva entrega de Andelma nº 29

Entrevista a Manuela Caballero en el Rompeolas de Onda Regional de Murcia sobre la nueva revista Andelma del Centro de Estudios Históricos Fray Pasqual Salmerón #Andelma #patrimonioregionmurcia #patrimonioindustrial #patrimoniocultural #patrimoniodeespaña

Enlace al programa el Rompeolas de Onda Regional de Murcia

En esta revista encontraréis artículos muy variados:

Azulejos de lujo que vinieron de Sevilla a Cieza, artículo de Manuela Caballero. Leyendas y tradiciones populares de Cieza de Paco Salmerón. El antiguo Cuartel de la Guardia Civil, de Antonio Ballesteros. La historia de la industria José García Silvestre, estudiada por Pascual Santos López y Laura Santos Caballero. Espiritismo y periodismo en Cieza de Ricardo Montes. El Marquesado de Espinardo visto a través del Catastro de Ensenada de Aurelio Cebrián. Y las obras del escultor Juan Dorado Brisa de Juan Antonio Fernández Labaña.

Enlace a la nueva revista Andelma nº 29